Basta de gastar expectativas,
de ilusiones asténicas.
Basta de cólicos en el alma
y conclusiones con tenesmo.
Basta de pujar la esperanza
para parir una molécula de alegría.
Basta de ironías
que carcomen la epidermis.
Tomemos el semitiempo
de este semiespacio
y resurjamos la piel
sobre el acre de los devenires.
CRISTELA: la piel siempre resurje, aún desde el peor de los avatares.
ResponderEliminarLo importante quizá sea conservar esa capacidad de mantenerla sensible a través de la vida, los encuentros, los adioses, el amor y la muerte.
Un beso
Rodolfo